En la sociedad actual, enfrentarse a un diagnóstico médico que suponga una situación de pérdida de autonomía, puede derivar en una experiencia abrumadora. No podemos olvidar que las personas afectadas se topan, de repente, con una serie de desafíos. Y más allá de la propia enfermedad o condición, existe el riesgo de la exclusión social.

Combatir en estos escenarios donde la dificultad es el denominador común, se erige mucho más complicado si entra en juego la soledad. Por eso, iniciativas como las que desarrollamos en Xarxa Cuide son fundamentales. Y ahí es cuando entra en acción el voluntariado.

El papel del voluntariado en los proyectos de Xarxa Cuide

El voluntariado es una actividad que consiste en dedicar nuestro tiempo, nuestras habilidades y hasta nuestra propia esencia para ayudar a los demás, pero sin pedir nada a cambio. Simplemente, la satisfacción personal de sabernos útiles. De contribuir a causas más grandes que las que encierran el “yo”.

En Xarxa Cuide siempre hemos considerado que los voluntarios son el eje sobre el que pivotan todas nuestras acciones. Y sin su labor, los peajes a la hora de crear y difundir proyectos, serían inabarcables.

A nivel práctico, los voluntarios pueden ayudar a las personas capacidades especiales a realizar tareas cotidianas: desde acompañarlos a hacer la compra, hasta cocinar pasando por la limpieza doméstica o ayudarles con las gestiones.

Los voluntarios también pueden mejorar las habilidades sociales, ya que facilitan la asistencia de las personas con dificultades a eventos sociales, culturales o deportivos. Y, al final, estas son las actividades que van a mejorar su calidad de vida.

Pero el voluntariado va más allá de lo físico. De las redes de apoyo y solidaridad que intentamos tejer desde Xarxa Cuide. La verdadera labor está en ese apoyo emocional. En la escucha activa a las personas que lo necesitan. Los voluntarios pueden mejorar la autoestima y la confianza de las personas discapacitadas al proporcionarles una sensación de comunidad y apoyo.

En definitiva, su verdadera labor está en la contribución tangible o no, que hacen en la construcción de una sociedad justa e igualitaria. En definitiva, mejor.

Otros puntos clave de la labor de los voluntarios

Ya hemos comprobado que los voluntarios permiten a las personas con capacidades especiales, o que disponen de menor porcentaje de autonomía, el desarrollo de habilidades sociales y profesionales. Pero hay más.

El voluntariado es sinónimo de trabajo en equipo, comunicación activa y compromiso por una sociedad equitativa y justa. En definitiva, de un interés por la vida comunitaria.

  • Fortalece los lazos de la comunidad

La labor de los voluntarios es esencial para el fortalecimiento de la comunidad. Las personas que trabajan en proyectos y causas sociales no solo tienen un impacto directo con las personas en riesgo de inclusión social, sino también en el entorno.

No solo a través de las acciones físicas como pueden ser la limpieza, construcción o la educación, sino con el sentimiento de comunidad que generan. Una solidaridad incipiente que va calando en los demás, mejorando así un sentido de pertenencia y un interés por el bienestar social.

Fomenta el cambio social

Y así es cómo llegamos al segundo punto clave. La labor de los voluntarios también ayuda a fomentar el cambio social. Muchas de las actividades, acciones y proyectos giran en torno a ciertas causas sociales que están al cabo de la calle.

El objetivo es mejorar individualmente para tener un impacto en la sociedad. Y acabar con la inclusión social, la pobreza, los problemas en la educación, la discriminación y la delincuencia. El trabajo del voluntariado debe despertar (y despierta) conciencias en la sociedad.